¿Sabes eso que se te pasa por la cabeza y no llegas hacer?
Soy muy imaginativa, ya decía, dentro de mí hay universos y galaxias con sus maximundos y cada uno convergen a la misma vez entre todos. Creo que si me pusieran una maquinita de esas con cables para estudiarme, el aparato en cuestión explotaría y empezaría a echar humo “error 404 not fund”.
Pues en eso pensaba el otro día, ¿dónde irán a parar todas esas cosas que pensamos y no llegamos hacer? A veces imagino que son cables, o como líneas de una mano que aparecen y desparecen conforme vamos haciendo y deshaciendo los caminos. Ese tren que no llegas a coger, esa inscripción que un día a última hora en el último minuto decides echar y después supone un giro completo a tu vida.
Ese sí cuando quieres decir no. O cosas con menos importancia como comerte un helado o no. Se escucha de fondo a las calorías decir “ooohhhhh un día más que no nos pegamos en su trasero, mañana volveremos hacer el intento y le enviaremos el deseo de comérselo”. Bueno vale, con cosas tan banales no, pero hay otras que en el fondo siempre se queda una duda de ¿y qué hubiese pasado si…..?
Puede que pienses, tiene gracia que esto lo digas tú que te dedicas hablar con las almas y estás al tanto de muchas historias de vida y líneas de vida; sí pero precisamente por eso, el libre albedrio está, existe. Hay cosas por las que inevitablemente debemos pasar es parte del “plan” pero hay otras que no.
Hubo una vez, allá unos cuantos años atrás, tenía un billete de avión, un viaje conmigo misma que había planificado, me apetecía, tenía ganas. Pero alguien se me cruzó por el camino. Y hubo viaje, pero no donde tenía pensado, ni lo hice sola, ni lo planifiqué yo. No voy a negar que fue un viaje muy bonito, mágico, y que lo disfruté. Pero siempre me imaginé a la otra Victoria llegando sola al aeropuerto, tomando el otro avión, disfrutando de los primeros planes que tenía, de perderse en una ciudad y encontrarse con ella y qué hubiese supuesto ese no giro de la historia, porque lo que vino detrás del viaje que hice, bien que me lo podría haber ahorrado.
No hubieses aprendido de esa experiencia, dirás con simpleza. A veces creo que hay experiencias que nos podemos ahorrar y que todo está en cambiar un billete de avión o no hacerlo, tú me entiendes, entre pararte un segundo y escucharte. Al final cuando escoges un camino renuncias a otro, quizás la única manera de no perder es cuando decides que es aquello que quieres desde bien profundo del corazón. Sólo así puedes ganar, pero la duda de “y si…..?” estará.
¿Me arrepiento de aquello? No. Viví experiencias insólitas. ¿Me hubiese escuchado mejor? Sí. Sobretodo saber desde qué lugar elegía.
A veces la clave simplificando, es esa. Saber escucharse.
No creas que mi imaginación acaba aquí, con esto de la multidimensión y que estamos aquí y allí también he llegado a pensar que en realidad vivimos ambas cosas, pero solo una parte de nuestra consciencia logra vivirla, aquella que va ligada a la parte corporal o kinesiológica de lo que somos en esta dimensión, pero una versión de nosotr@s sí llega a vivirlo. Es como ir a tu propio videoclub y decir…no me gustó esta película, cámbiamela por esta. Porque se filmó, se llevó a cabo pero tú no la llegaste a ver.
¿Cuál es la otra película que te gustaría ver del camino que no escogiste?
Gracias por leerme, ya sabes que para no perderte los universos y galaxias que existen en mi mente tan solo tienes que dejarme abajo tu email y te llegará derechito a tu bandeja de entrada. Todo un gusto.
Fdo. Victoria Sánchez o lo que es lo mismo Las esencias de la Victoria.
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